Ciudad=> Bogotà
Hoy volé de Buenos Aires a Bogotá y se sienten muchas cosas después de semejante aventura en la que nos embarcamos hace más de un año y que tuvo para mí 27 días llenos de aventura, de paisajes, de anécdotas, de felicidad y sobretodo de amistad. En alguna de las veces que escribí, dije que esto sería algo para recordar toda la vida y sigo convencido de ello. Son muchas cosas que se quedan, muchas formas de vida que se conocen, muchas formas de pensar, y la exploración de parte de un continente del cual sabemos muy poco. La aventura que siempre estuvo presente y las largas jornadas se recompensaban con paisajes tan increíbles como la diversidad de este continente. Estoy seguro que este es un pedazo de muchas aventuras más que vendrán en el fututo.
Hoy no tengo fotos que mostrar; solo unos mensajes cortos que quiero compartir con nuestros lectores y con los miembros de este equipo aventurero. Quisiera resaltar las cosas que para mi fueron las que marcaron este viaje y que seguramente serán complementadas por los que se quedan:
· La amabilidad de la gente siempre fue una constante en la mayoría de nuestro viaje contando algunas excepciones. La intriga de la gente por saber nuestras motivaciones, nuestro destino, nuestra procedencia, etc, siempre era tema de conversación en cada parada que hacíamos. A su vez, esta intriga resultaba en una ayuda, un comentario de apoyo y un deseo para que se cumpliera nuestro sueño. Esto en particular me hizo pensar en mi actitud como colombiano de desconfiar y de no hablar con la gente si no es necesario (y eso que me caracterizo por ser relajado y sin preocupaciones)
· Cada país, cada ciudad, cada pueblo tiene su particularidad. Son todos diferentes y cada uno de ellos refleja su historia y el porqué de sus costumbres. Muchas veces hablábamos de sitios que parecían un pueblo sin nada para rescatar, pero a la vez algo que nos había pasado en ese sitio, nos decía que habíamos tenido una experiencia diferente que hizo un momento para recordar
· El hecho de hacer el recorrido en moto, lo hace diferente de cualquier otro tipo de transporte por muchas cosas, especialmente porque se está en contacto directo con el sitio que se está recorriendo: la vista periférica, el olor, el viento, y poder sentir todo lo que está en el ambiente lo hace único. Además de la emoción que se siente cuando estas motos despegan del piso
· De Ecuador rescato las buenas carreteras, la buena conducción de la gente en general y los paisajes de montaña que son similares a los colombianos pero que tienen un matiz diferente por el hecho de poder bordear las montañas donde se ven estos cañones y precipicios que lo hacen diferente. De Perú rescato su comida, sus dunas, su mar y sus nevados. De Bolivia sus paisajes de montaña, el Titicaca y su vida ancestral. De Chile su cultura avanzada, sus viñedos, sus lagos, sus pueblos sureños, su calidad de vida. De Argentina su gente amable, sus paisajes increíbles, su influencia europea, sus lagos espectaculares, sus bosques hermosos, sus montañas y nevados, su capital indiscutiblemente agradable
· Por último pero no menos importante es la compañía que tuve en esta aventura. Tengo que reconocer que gran parte de la diversión vino de la buena energía que se vivió durante todo el recorrido. El buen humor que fue la columna vertebral de este equipo, nos mantuvo siempre tranquilos y dispuestos a seguir disfrutando de la odisea.
Mi moto sigue en Buenos Aires pero pronto tendremos el reencuentro o probablemente la envíen a otro destino desde el cual les seguiré escribiendo con nuevos relatos de nuevas aventuras….
La única foto que les puedo enviar es la de mi nuevo peluqueado para poder llegar decente a la oficina el lunes.
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